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MI PEQUEÑO HOMENAJE A JUAN PABLO II, EN ESTE AÑO QUE INICIAMOS.
A TODAS LAS MADRES: FELIZ DÍA
Hace 13 años
domingo, 2 de enero de 2011
FAMILIA CRISTIANA EN MADRID
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Día soleado, aunque frío, en Madrid. Miles de personas,una multitud. Dispuesta a defender su modelo de familia. El modelo de familia cristiana, basado en la unión hombre y mujer, con vocación de perdurabilidad y orientada a la vida.
El tono de la mayoría de las intervenciones -especialmente las de las familias- fue comedido. Tanto Rouco como Reig manifestaron las bondades de la familia cristiana . El Papa, desde Roma, no hizo condenas, sino que agradeció a las familias su trabajo en sociedad. Bien hecho.
Madrid es hoy, por cuarto año consecutivo, la capital mundial de la familia. Necesitamos “un gran movimiento espiritual, cultural y social de recuperación del matrimonio y de la familia cristiana”, exhortaba hace unos días el cardenal Rouco, para hacer comprender la importancia de participar en esta celebración pública en la Plaza de Colón. Es fundamental que la Iglesia se vuelque de lleno en sostener “a los matrimonios y a las familias cristianas”, añadía el arzobispo de Madrid. Esa doble dimensión de acompañamiento y testimonio es una nota esencial en esta fiesta de la Familia. Los ataques a la familia son continuos, y las familias cristianas también los sufren en sus carnes. Por eso necesitan experimentar que no están solas.
No se trata de defender sólo una especie de fortaleza asediada. “La familia cristiana, esperanza para Europa”, es lema de la celebración de este año, y expresa un claro sentido de misión. Padecemos las consecuencias de décadas de cultura materialista, con sus estilos de vida egoístas, que lejos de colmar los deseos del hombre, le han dejado profundamente insatisfecho y con una juventud en estado de apatía. El inverno demográfico es una muestra más de esa profunda crisis cultural y espiritual. Y ante eso la Iglesia proclama que la esperanza de Europa pasa por volver a sus raíces y fortalecer la familia. Para pagar las pensiones, pero más importante aún, para recuperar la esperanza y la alegría perdidas.
Día soleado, aunque frío, en Madrid. Miles de personas,una multitud. Dispuesta a defender su modelo de familia. El modelo de familia cristiana, basado en la unión hombre y mujer, con vocación de perdurabilidad y orientada a la vida.
El tono de la mayoría de las intervenciones -especialmente las de las familias- fue comedido. Tanto Rouco como Reig manifestaron las bondades de la familia cristiana . El Papa, desde Roma, no hizo condenas, sino que agradeció a las familias su trabajo en sociedad. Bien hecho.
Madrid es hoy, por cuarto año consecutivo, la capital mundial de la familia. Necesitamos “un gran movimiento espiritual, cultural y social de recuperación del matrimonio y de la familia cristiana”, exhortaba hace unos días el cardenal Rouco, para hacer comprender la importancia de participar en esta celebración pública en la Plaza de Colón. Es fundamental que la Iglesia se vuelque de lleno en sostener “a los matrimonios y a las familias cristianas”, añadía el arzobispo de Madrid. Esa doble dimensión de acompañamiento y testimonio es una nota esencial en esta fiesta de la Familia. Los ataques a la familia son continuos, y las familias cristianas también los sufren en sus carnes. Por eso necesitan experimentar que no están solas.
No se trata de defender sólo una especie de fortaleza asediada. “La familia cristiana, esperanza para Europa”, es lema de la celebración de este año, y expresa un claro sentido de misión. Padecemos las consecuencias de décadas de cultura materialista, con sus estilos de vida egoístas, que lejos de colmar los deseos del hombre, le han dejado profundamente insatisfecho y con una juventud en estado de apatía. El inverno demográfico es una muestra más de esa profunda crisis cultural y espiritual. Y ante eso la Iglesia proclama que la esperanza de Europa pasa por volver a sus raíces y fortalecer la familia. Para pagar las pensiones, pero más importante aún, para recuperar la esperanza y la alegría perdidas.
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